La villa del arcoíris, es la primera historia con al que comenzaré a trabajar, estará fragmentada en 5 paneles, aun ando definiendo el formato pero la idea de cómo será ya esta, por el momento me pondré a definir formatos para ya empezar a trabajar las ilustraciones sobre formato jojojojojojojojo estoy emocionada :>
Plop!!!
Redoble de tambores
y con ustedes señoras y señores...
La Villa
del Arcoiris
Samuel Cortez Hamdan
Lubo, Kip y Ermes eran unos duendecillos que vivían en las flores que crecen sobre el lomo del arcoiris.
El arcoiris parece de una forma desde lejos, pero cuando uno se acerca descubre que es un lugar mágico donde viven las hadas, los armadillos, las flores, los duendes, las guitarras y los insectos. Como en una gran selva donde todo parece moverse y no se puede avanzar sin encontrar una sorpresa.
Lubo, Kip y Ermes vivían cada uno en un distinto color, y sus ropas eran de ese color, y sus sueños eran de ese color, y sus juguetes eran también de ese color, y se miraban unos a otros desde sus casitas, y sonreían de mirar tantos colores componiendo a sus familias.
Una tarde muy oscura en que las nubes taparon el sol, una lluvia muy fuerte atacó a la Villa del Arcoiris, y todos sus habitantes se llenaron de miedo y confusión.
Lubo, Kip y Ermes cayeron de sus casas hasta el suelo resbalando por un riachuelo, y vieron con tristeza cuán lejos estaban del lomo del arcoiris, donde habían quedado sus amigos y vecinos y todo cuanto querían.
—Tenemos que hallar la forma de volver —dijo Ermes con un compás en la mano y muy pronto pensando en una solución.
Entonces Lubo, que era muy soñador y la pasaba siempre mirando las estrellas en el cielo, notó que la potente águila atravesaba los vientos, y les dijo a sus amigos:
—Pidámosle ayuda al águila, que vuela tan alto. Ella podrá llevarnos sobre sus hombros de vuelta a casa.
El águila aceptó y con fuertes aleteos alcanzó muy pronto la parte más alta del lomo del arcoiris, donde vivían nuestros tres duendecillos.
Gritaron, silbaron y cantaron felices de volver a sus colores.
Y el pintor que miraba al arcoiris por su ventana, al ver a todos los colores juntos, pudo terminar con el cuadro que pintaba con verdadera paciencia.
